De este modo, Leuquén aseveró que “desgarradora es la tasa de suicidios del mundo; 800 mil personas de todo el planeta pierden la vida cada año por sus propias manos, según los datos de la OMS. Y en Chile ostentamos una cifra que ha aumentado en un 90% en los últimos años, un 2% de las causas de muerte son por este motivo, siendo los jóvenes y los adultos mayores las tasas que más se han incrementado.
Como en muchos de los grandes problemas de una sociedad en “vías de desarrollo”, la solución pasa por la detección del problema a tiempo y prevenir educando. En este marco, el Minsal publicó una guía de recomendaciones para la prevención del suicidio en los establecimientos educacionales para frenar su sostenido crecimiento entre los jóvenes. Se espera disminuir este flagelo en un 15% para el año 2020 en estudiantes entre 10 y 19 años.
Eso en el ámbito juvenil, pero las últimas estadísticas certifican una realidad indesmentible: los mayores de 60 años han aumentado la tasa un 163% en menos de 30 años, según el Informe de Difusión “Soledad en la tercera edad: una respuesta institucional“ (2019). Ese mismo estudio, señala que en Chile un 13% de estos adultos viven solos y aumenta hasta en un 19% en el caso de los mayores de 80.
Resulta escalofriante que sea precisamente este último grupo el que mayormente atente contra su vida con 17,7 suicidios por cada 100 mil habitantes, seguido por las personas de entre 70 y 79 años, que tienen una tasa de 15,4%.
En el ámbito juvenil junto a un grupo transversal de diputados y teniendo claro el panorama regional – que no deja de ser preocupante- hemos pedido al Presidente asegurar la implementación de programas para la atención y derivación de adolescentes en riesgo suicida.
El requerimiento también incluye la actualización del Programa Nacional de Prevención del Suicidio, incorporando el suministro de vitamina D en personas con déficit y habitantes de zonas extremas, como recomendación en las guías clínicas AUGE/GES del Minsal para la patología de depresión.
También, hemos decidido impulsar una bancada transversal que trate de manera exclusiva la salud mental de estos grupos más vulnerables, como los adultos mayores, donde causas del suicidio están vinculadas al aumento de las expectativas de vida, que no implica necesariamente mejoras en la calidad de vida de esa población.
Nuestro sistema tendrá que enfrentar el aumento del envejecimiento de nuestra población, podemos imaginar entonces qué significará aquello para nuestra región, donde el clima y la lejanía son factores que inciden en la aplicación de una política pública”.
Añadió que “hemos insistido en la importancia de fortalecerla de manera coordinada y efectiva para abordar el problema que involucra a un gran segmento de nuestra población. Hemos solicitado incrementar el presupuesto destinado a salud mental en la Región de Aysén a través de un proyecto de resolución que fue aprobado transversalmente en la Camara Baja, así como también dar urgencia al proyecto que crea un estatuto especial para la salud mental en Chile.
Por este tema, nos reunimos con el equipo del área Salud Mental de la Región de Aysén, y haremos lo propio con el Encargado Nacional de la Unidad y el Ministro de Salud esta semana, en el contexto de nuestro proyecto de acuerdo aprobado unánimemente para incrementar los recursos para Aysén en el marco de la discusión presupuestaria 2020”, concluyó.