Usted estaba en contra del confinamiento total, dijo hace unas semanas que “es algo que ya no sirve”. Hoy afirma que las medidas adoptadas son “proporcionales” a la situación. ¿Qué cambió?
- Desde luego que el confinamiento total, en la medida en que es suficientemente prolongado y fiscalizado, produce una disminución de casos. Pero eso se empieza a ver en 15 días, por lo menos. La gente que ya está contagiada y que está contagiando en este momento, va a manifestar síntomas en unos días más y va a requerir ser hospitalizada o usar un ventilador en varios días más. Lo que va a ocurrir en los próximos 10 días ya está escrito y hay poca capacidad de modificarlo; los esfuerzos para modificarlo recién van a tener un impacto por lo menos en 15 días más.
¿A qué se refiere con que “ya está escrito”? ¿Cuál es su proyección para los próximos 10 días?
- Tenemos en este momento alrededor de 50 mil casos activos con una contagiosidad de más de 1,1. Eso significa que en 5 días más estos nuevos casos se multiplican por 1,1. Hoy son 7mil, en 5 días más son 7.700 y yo insisto en que todos estos cambios que se aplican tienen resultados muy lentos en el tiempo y en ese sentido uno sabe que la estadía promedio en camas intensivas hoy es de 14 días y eso significa, que si hay 200 camas disponibles hoy, eso alcanza para 5 días y para un máximo de 280 casos diarios, no 7 mil como tenemos hoy. Hay que enfrentar al peligro que tenemos adelante sin eufemismos. Es una situación muy, muy, muy grave. Mucha gente está falleciendo en domicilios sin hospitalizarse, el margen que tenemos de camas es muy discreto.
Por otra parte, hay centros de salud que no han cumplido las metas de ampliación de cupos. ¿Cómo debiese abordar el Gobierno dicha materia?
- Creo que no se está hablando claro. Apelar a la buena conducta, voluntad y colaboración de la gente en el momento actual no es suficiente. El Ministerio de Salud tiene hoy las facultades y el poder para actuar con mucha más dureza. Hoy se necesita con urgencia aumentar la capacidad de camas intensivas a por lo menos 4 mil y eso requiere una acción autoritaria de parte del Gobierno, de buenas maneras eso no se va a lograr. El Gobierno tiene que ser más empoderado. Si un lugar no convierte las camas que se le han exigido, hay que intervenir ese hospital o clínica para lograr el objetivo. No es el tiempo de las buenas maneras. No se puede dejar a juicio de cada director de clínica y hospital que por buena voluntad ponga a disposición más camas. En cada institución privada o pública hay que poner a un interventor o persona que fiscalice cuántos respiradores hay, dónde están, cómo está la red de oxígeno. Cuando el Dr. Luis Castillo cumplía ese rol, decía ‘póngame aquí tantos respiradores, vamos a la bodega a buscar estos respiradores, yo pondré estas camas aquí”.
La Moneda debiese endurecer el tono?
- No solo el tono, la acción.
Usted insiste en el cierre de fronteras, medida que no fue adoptada por el Gobierno.
- Insisto 100%. No debe entrar a Chile ningún viajero que no se haga un test de antígenos en el aeropuerto. No puede. Si usted lo hizo y es negativo, siga su camino. Si es positivo, se va a una residencia sanitaria. El PCR como una técnica de manejo de una crisis de salud pública como esta tiene demasiada ineficiencia, demora 2 días en los resultados. Y al hablar de exámenes que se deben hacer en el aeropuerto hablo de personas con derecho a repatriarse, que viven en otro país o vienen al suyo, eso no se le puede prohibir. Pero si usted me dice que un extranjero viene aquí por negocios, no le encuentro sentido. ¿Por qué? Que haga su conferencia por zoom, que no venga a pasear. El cierre de fronteras tiene que ser radical.
Fuente: Ex-Ante AM